
El primer testigo oficial de la celebración ritual de la Castanyada aceptada en el territorio catalán una vez cristianizado, data del año 1033, cuando en la asamblea de Vic el obispo Oliva la incluyó dentro de las festividades aceptadas. Así pues, fácilmente se deduce que esta fiesta se celebraba antes de esa fecha, y por lo visto, de la misma forma que hasta hace pocas décadas. La Castanyada celebra, igual que Samhain o el moderno Halloween, la unión de este mundo con el Mundo de los Muertos o el Otro Mundo, y la presencia de los muertos que vagan por el mundo de los vivos durante esta noche.
Enciclopèdia de la Fantasia Popular Catalana – Joan Soler i Amigó